08 enero 2011

Carta 2ª. Amargas lágrimas.

Siento las miles de manchas sobre el papel, te llegará muy estropeado, pero no puedo parar de llorar. Me siento muy sola. ¿Por qué nos han separado? Ahora me arrepiento tanto de aquellas mil cosas que me callé, todos los silencios que podía haber llenado diciéndote que yo también te necesitaba, pero por orgullo nunca lo dije, confiando en que jamás me faltarías, y mírame ahora, parezco una zombie. A penas duermo, me paso el día llorando abrazada a aquel papel, que ahora ni merece ser así llamado. Mi familia no para de preguntarme qué me pasa, pero no me sale la voz, cuando intento hablarles de ti se me hace un nudo en la garganta y rompo a llorar con un llanto amargo y doloroso. Intenté escribirles a ellos la historia, pero jamás lo podrían entender, ¿quién ve normal que dos niños de tan sólo seis años se quieran? Nadie. Me tomarían por loca. Sé que les hace mucho daño verme así, ellos me acogieron con su mejor intención y deben creer que no paro de llorar porque me siento mal con ellos, y el problema es que me siento mal sin ti. Hace dos días que no salgo de mi cuarto, que no veo la luz del sol; ni siquiera me peino, me ducho o como. ¿Para qué? ¿Acaso vas a estar tú para reírte de mis pelos, o para decirme que soy una dejada?
Anoche entró mi madre en mi habitación y fingí estar dormida, entonces empezó a hablar conmigo, decía que no sabía qué era lo que estaba haciendo mal conmigo, qué era lo que me hacía tanto daño, pero que necesitaba que se lo dijera, que ella quería ayudarme en todo lo que pudiera. Me contó que los del centro de acojida le habían dicho que yo era una niña risueña, que era un rabo de lagartija, y que en cambio ella me había visto llorar y encerrarme en mu habitación, que en ningún momento había visto que yo quisiera entablar conversación con nadie, ni había intentado hacer amigos en el barrio... Me pareció que sollozaba, pero no lo comprobé. Antes de irse me dio un beso y me dijo que me quería; y ese beso me hizo sentir algo especial. Sentí que realmente estaba preocupada por mí, que no era como los monitores del centro, que venían a ver qué nos pasaba porque era su trabajo, ella realmente está preocupada por mí. Ayúdame Hedai, necesito decirle de alguna manera que el único problema eres tú, que no te tengo aquí, que ella lo está haciendo muy bien. Incluso me gustaría decirle que empiezo a sentir que forma parte de mí, pero por ti no puedo hablar, únicamente puedo llorar sin parar. Me duele el corazón, y pensar en ti me lo desgarra cada vez más... Vuelve a mí.

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