24 noviembre 2010

Adiós personalizado.

Depresión postdespedida. Exigencias de un guión barato y lleno de erratas. Eliminar personajes inocuos e intrascendentes. Pensamientos irracionales y casi inteligentes. Dejar que piensen por mí nunca fue correcto. A partir de ahora pensaré por mí misma. Déjame que te cuente mi verdad inconclusa. Incompleta en todas sus causas y aspectos. Realidades a medias y secretos guardados bajo llave en el ático del alma.